Herramientas, máquinas, robots, sistemas de corte por láser, sistemas de manipulación de productos, …, todos ellos pueden funcionar gracias a un compresor y al empleo de la energía neumática. En un entorno industrial, saber cómo detectar fugas de aire comprimido es una de las claves para mejorar la eficiencia energética de las instalaciones, evitando sobrecostes innecesarios y contribuyendo a alcanzar unas altas cotas de productividad.
La importancia del aire comprimido en la industria
La energía neumática es fiable, segura y está muy extendida en el sector industrial. Ocupa el cuarto lugar en el ranking por detrás del agua, la electricidad y el gas. En España, actualmente el 90% de las industrias utilizan aire comprimido en alguna de las partes de sus procesos productivos y supone una media del 20% de su consumo energético.
Todos estos datos demuestran la enorme importancia que tiene cuidar todos los equipos y elementos relacionados con la producción del aire comprimido. Tanto los compresores, como todos los accesorios (secadores, filtros, purgadores, etc.) incluidos en las salas de compresores, junto con la red general de aire comprimido y el resto de conducciones, deben estar correctamente diseñados y encontrarse en buenas condiciones para poder aprovechar al máximo toda la energía generada y obtener la máxima eficiencia.
Si una de las tendencias en el mundo moderno que nos rodea es saber cómo mejorar la eficiencia energética, entonces, ¿por qué no realizar las acciones necesarias para tener un correcto mantenimiento en las instalaciones de aire comprimido?
El tener una instalación de aire comprimido mal mantenida y con fugas es provocar pérdidas económicas innecesarias, ya que se desperdicia una gran cantidad de energía en forma de aire comprimido generado. Por eso, cada día que pasa, son muchas las empresas que toman especial conciencia de esta problemática y aplican soluciones para que sus instalaciones neumáticas se encuentren en perfecto estado de funcionamiento aplicando rigurosos planes de prevención y mantenimiento.
Costes asociados a las fugas de aire
Podemos afirmar que una fuga de aire comprimido a 6 bar(g) de tan solo 3 mm equivale al aire producido por un compresor de 4 kW, que puede suponer un coste anual superior a 3.000 €. Al mismo tiempo, un mantenimiento deficiente de una instalación neumática puede suponer también como mínimo un desperdicio del 20% de la energía neumática generada.
Estos datos son ya de por sí relevantes, pero hay muchos otros que también afectan de manera considerable a la rentabilidad de un proceso industrial:
- Pérdidas de eficiencia: un sistema de aire comprimido sin un mantenimiento correcto pierde entre un 20% y un 30% como consecuencia de las fugas.
- Tiempos de inactividad: las paradas de compresores o del sistema de tratamiento del aire comprimido causan paradas de los procesos de fabricación que tienen efectos muy negativos en la productividad.
- Calidades de producto: las caídas de presión del sistema o una presión insuficiente de red causan siempre defectos en los sistemas productivos. Ejemplos muy comunes son los sellados defectuosos de paquetes o el mal envasado en productos alimenticios alterando sus propiedades originales.
- Seguridad del producto: las fugas de aire comprimido pueden provocar contaminación, y esta puede traducirse en multas por incumplimiento de normativas y daños a la imagen de marca.
Saber cómo detectar fugas de aire comprimido es una acción capital en una industria. No solo ahorra dinero, ya que no se desperdicia energía, sino que, además, contribuye a que los procesos productivos sean eficaces y no haya retrasos en los tiempos de entrega.
Cómo podemos detectar las fugas de aire comprimido
La sospecha de que tenemos pérdidas de aire comprimido por la existencia de fugas en nuestro sistema se crea habitualmente cuando comprobamos un consumo mayor de aire comprimido no justificado, y por tanto, un mayor gasto de energía eléctrica. O bien, cuando se detectan errores de funcionamiento en la maquinaria de producción por la falta de caudal o presión del sistema. Hay varias formas de saber cómo detectar fugas de aire comprimido, estas son las más habituales:
- Escuchar el sonido: es un método poco preciso y que depende de la percepción auditiva del técnico, por lo que solo sirve para detectar grandes fugas en ambientes más o menos silenciosos.
- Usar agua con jabón: con este sistema, en los puntos donde existe una fuga, se forman burbujas gracias al efecto del aire comprimido con el detergente. Es un método efectivo pero solo si se sospecha dónde está la fuga, ya que en caso contrario, como es fácil de imaginar, habría que rociar toda una instalación, lo que no tiene mucho sentido.
- Por ultrasonidos: es la forma más efectiva y profesional que existe para la detección de fugas de aire comprimido. Un detector por ultrasonidos lleva incorporado un sensor acústico que registra las fluctuaciones en las ondas e identifica su ubicación y envergadura. Es el método más rápido y sencillo que hay. Las empresas especializadas en aire comprimido, como SERVIAIRE, utilizamos detectores por ultrasonidos que se adaptan automáticamente al entorno eliminando el ruido ambiental, además de fotografiar las fugas, indicar su tamaño y generar un informe conforme a la norma ISO 50001.
Para tener una mayor eficiencia a la hora de saber cómo detectar las fugas de aire comprimido, lo mejor es conocer dónde suelen producirse.
Las fugas de aire comprimido suelen manifestarse en los siguientes puntos:
- En los elementos de unión, como pueden ser las juntas de mangueras y tuberías.
- En los diferentes tipos de filtros, así como en los lubricadores y reguladores.
- En los enchufes rápidos, en su conexión roscada en las tomas.
- En las diferentes válvulas, dentro de la propia maquinaria.
- Y por supuesto, también en las herramientas o en las instalaciones defectuosas.
Cómo actuar ante una fuga de aire comprimido
La mayoría de las fugas de aire comprimido se encuentran en las uniones de los elementos que componen la instalación. En ocasiones porque no están correctamente selladas, otras veces porque se han utilizado unas piezas de baja calidad, y muy frecuentemente debido a la degradación por el uso al cabo del tiempo.
Para un instalador, reparar estas fugas suele ser algo sencillo y estriba en la corrección del problema mediante el sellado de uniones o la sustitución de piezas deterioradas. Los problemas están en aquellas instalaciones de aire comprimido que se encuentran muy dañadas por el desgaste y la oxidación después de años de uso. En este caso, lo habitual es que haya más de una zona afectada, por lo que siempre se realiza un listado y clasificación de todas las fugas en función de su gravedad.
Siempre se debe realizar una clasificación de las fugas con una cuantificación de las pérdidas que genera cada una de ellas, para poder así priorizar y programar las reparaciones.
Si no se realizan mantenimientos preventivos programados para la detección y corrección de fugas, repararlas posteriormente puede suponer un gasto elevado a sumar al gasto energético ya acumulado por las propias fugas. Por ello, cada vez más industrias en las que la energía neumática cobra una especial importancia en su productividad elaboran planes de mantenimiento preventivo y de control, ya que implican enormes ahorros económicos y en muchos casos evitan las pérdidas causadas por una paralización parcial o total de la actividad.
En definitiva, confiar en una empresa instaladora y mantenedora como SERVIAIRE para saber cómo detectar fugas de aire comprimido es generar ahorros económicos y asegurar la producción de tu empresa.