Funcionamiento de un aerorrefrigerador

Existen muchos procesos industriales en los que hace falta que la temperatura esté controlada o donde es necesario refrigerar fluidos que se calientan demasiado. Este trabajo se puede realizar de distintas maneras, pero una vez que se conoce el funcionamiento de un aerorrefrigerador nos damos cuenta de que el uso de estos equipos es una opción óptima.

En una empresa se trata de que la refrigeración industrial cueste lo menos posible, algo que siempre es importante, pero más ahora cuando el precio de la energía es prohibitivo y además hay problemas con el agua debido a la sequía.

Cómo funcionan estas máquinas

Los aerorrefrigeradores tienen dos modos de funcionamiento, el seco y el húmedo, empleándose cada uno de ellos en función de la temperatura externa.

Modo seco

Este es el modo más económico y se usa cuando la temperatura exterior es baja, como ocurre durante el invierno, el otoño y numerosos días en primavera.

El enfriamiento se produce en un intercambiador aire-agua. El fluido circula dentro de un circuito cerrado, mientras que el aire exterior se introduce en el enfriador con unos simples ventiladores que fuerzan la entrada del aire hacia los serpentines o radiadores por los que circula el fluido caliente.

En cierto modo, esta forma de enfriamiento es similar a la que se produce en el motor de un coche cuando hace frío, con la diferencia de que en el aerorrefrigerador al estar fijo es necesario forzar la entrada del aire de refrigeración.

Modo húmedo

Cuando llega el verano la temperatura del aire ambiente es muy elevada, abrasadora en algunos casos. Por eso, si forzamos este aire caliente introduciéndolo en el intercambiador del aerorrefrigerador no servirá de nada, llegando incluso en determinadas horas y aplicaciones a calentar el fluido.

Así, cuando esto ocurre, se utiliza el agua aprovechando un principio de la termodinámica muy simple, ya que el aire tiene la propiedad de absorber humedad, bajando su temperatura en ese proceso.

Lo que se consigue aplicando este principio es que en los meses más calurosos el aire ambiente se pueda seguir empleando para enfriar los fluidos, ya que un sistema adiabático puede llegar a reducir la temperatura del aire que pasa por el intercambiador hasta unos 10 grados.

Por ejemplo, si el aire en el mes de julio se encuentra a 30 grados, con el modo húmedo de un aerorrefrigerador puede llegar a los 20, y así, seguir enfriando los líquidos que están circulando dentro del circuito cerrado.

Funcionamiento de un aerorrefrigerador

¿Qué aplicaciones tienen este tipo de enfriadores?

Hasta ahora hemos hablado de su utilidad para enfriar fluidos en los procesos industriales, los cuales tienen que estar por encima de la temperatura ambiente.

Los aerorrefrigeradores nos valdrán para este fin siempre que no haya que disminuir la temperatura del fluido de manera brusca, siendo también apropiados cuando necesitamos climatizar para que el ambiente sea más fresco, aunque aquí hay un pero.

No debemos olvidar que para disminuir la temperatura del aire exterior es necesario mezclarlo con agua, de manera que este se humedece, y eso es un problema en aquellas zonas donde la humedad relativa es alta en verano, como ocurre en las de la costa española.

Por este motivo, y de cara a su uso para bajar la temperatura ambiente, solo servirá en las zonas secas. En estas zonas la humedad que aporta es algo positivo, ya que no es aconsejable para la salud un ambiente excesivamente seco.

¿Qué ventajas tienen los aerorrefrigeradores sobre otros sistemas?

Aunque por fuera estos equipos se parecen a las torres de refrigeración, no tienen nada que ver con ellas. Además, se instalan porque poseen muchas ventajas respecto a las torres, ventajas que son muy valoradas dentro del mundo de la industria.

Gastan poca electricidad

El consumo eléctrico es mínimo, casi ridículo, si lo comparamos con otros sistemas como las torres de refrigeración.

De hecho, se han realizado cálculos y en la práctica es posible que con un consumo eléctrico de 20 kW (condiciones adversas) se puedan generar 1000 kW de potencia frigorífica, por lo que las cuentas estás claras, siendo posible que el coste sea aún menor si se instalan placas solares.

Todos los tejados industriales suelen disponer de una gran superficie, y estos enfriadores gastan más en verano, que es justo el momento en el que las placas solares tienen una mayor producción.

El consumo de agua es muy bajo

Al igual que pasa con la electricidad, necesitan muy poca agua, puesto que una buena parte del año trabajan en modo seco, solo con el aire que introducen del ambiente.

En verano sí hace falta un aporte de agua, que es aproximadamente un 95% menor de la que necesita una torre de refrigeración clásica.

Otra vez, esto significa un ahorro en la factura del agua más que considerable en verano, por lo que al final un aerorrefrigerador es una inversión que se paga sola con el paso de los años.

No hay que tratar el agua

Las torres de refrigeración tienen un problema añadido y muy importante, y es que requieren de tratamientos periódicos costosos para que patógenos como la legionela no se asienten en ellas, pues son un medio de cultivo ideal por la humedad, el agua estancada y la temperatura.

Debido a que los aerorrefrigeradores usan muy poca agua y a que no se producen estancamientos en ninguna de sus partes, no hay que realizar tratamientos contra las bacterias, por lo que de nuevo es otro ahorro que nos aportan y menos dinero que tienen que gastar las empresas a la hora de trabajar.

Coste de mantenimiento muy bajo

Un aerorrefrigerador no deja de ser una máquina muy sencilla, lo que significa que el mantenimiento que requiere es bastante bajo y, por lo tanto, económico, de manera que las industrias que lo emplean siguen ahorrando dinero.

El funcionamiento de un aerorrefrigerador es muy sencillo, pero si tienes dudas contacta con SERVIAIRE. Mediante el formulario de contacto os informaremos sobre estos equipos y si son adecuados para vuestros procesos industriales, explicando cómo es el funcionamiento de un aerorrefrigerador de una forma detallada.