Si no estamos familiarizados con la producción industrial es normal que no sepamos qué es la extrusión de plásticos, aunque la realidad es que se trata de un proceso muy importante del que nos beneficiamos en nuestra vida diaria.
En nuestro día a día vivimos rodeados de plásticos, de manera que, conocer algunos de sus procesos de fabricación como es el caso de la extrusión no está de más, ya que así podremos comprender mejor lo que cuesta el que lleguen a nuestras manos y lo relevante que es reciclarlos.
¿En qué consiste la extrusión?
El plástico no llega a las fábricas con una forma determinada, sino con la apariencia de bolas de distintos tamaños y colores con el fin de que en cada industria y aplicación se fabriquen las piezas que sean necesarias.
Existen diversos procedimientos para producir los plásticos y uno de ellos es la extrusión, el cual no es más que el prensado y el moldeado del plástico mediante una máquina que lo empuja a través de una matriz o molde.
Las bolas de plástico se encuentran en una tolva que va suministrando las cantidades que la máquina necesita. Caen en una banda que está calefactada para derretir esos gránulos y un tornillo va empujando la masa hacia un molde, haciéndola pasar a través de él.
Una vez que el plástico derretido ha atravesado la matriz adquiere su forma final y sólo hay que esperar a que se enfríe para que se convierta en un objeto sólido al que se le puede dar uso.
Con este proceso es posible producir tubos, perfiles, filamentos, etc., incluso secciones transversales que llegan a ser muy complejas dado lo que se ha avanzado en la fabricación de los moldes.
¿Qué ventajas tiene la extrusión?
Es evidente que si en el sector del plástico se emplea este proceso es porque da una serie de ventajas sobre los demás cuando se requiere poder confeccionar una gran cantidad de piezas de este tipo.
Las máquinas pueden trabajar con varios tipos de plástico
Dentro de la industria, que una máquina sea polivalente es un gran beneficio y las extrusoras lo son, lo que significa que con una sola inversión se puede trabajar con varios tipos de plásticos, algo que no permiten otras herramientas, las cuales solo funcionan con una cantidad muy limitada de materiales.
Esta característica hace que la extrusión se emplee mucho a la hora de reciclar material, pues una vez separado por tipos (hay algunos plásticos que se pueden mezclar en la extrusora y otros que no) lo podemos reutilizar para crear piezas nuevas.
Se trata de un proceso muy productivo
Cuando se comienza con la extrusión la producción es muy alta, pues la fabricación de las piezas es continua, ya que únicamente hay que empujar el material a través de un molde.
Este proceso no para, a diferencia de otras técnicas como la inyección de plástico, la cual es más compleja y por eso también mucho más lenta. Eso se traduce en una rentabilidad mayor, que al final es lo que busca cualquier industria.
Las piezas no requieren acabado
En ocasiones, y con otros procesos, una vez que tenemos la pieza de plástico fuera de la máquina necesita de un acabado final, lo cual quiere decir que será más costosa pues se requeriría del uso de otra máquina y de mano de obra.
No vamos a tener este problema con la extrusión, puesto que las piezas salen terminadas y se puede configurar el grado de rugosidad deseado, el color, la transparencia, etc.
Para que el proceso funcione se necesita el aire comprimido y bombas de vacío
La extrusión es sencilla, pero necesita de algunas ayudas como la del aire comprimido para el funcionamiento del proceso, o las bombas de vacío para trabajar con unas piezas que están muy calientes y que se pegan a cualquier superficie, lo cual las podría estropear.
Refrigeración y secado
Al explicar el proceso de extrusión, mencionábamos que había que calentar los fragmentos de plástico para crear una especie de masa derretida, lo que en la industria llaman resina y que es la que pasa a través del molde.
Una vez que la pieza obtiene su forma sigue muy caliente, de manera que se puede deformar si no se enfría de inmediato, algo para lo que se usa el aire comprimido, haciéndola pasar por un canal lateral que consigue bajar su temperatura a la vez que la seca.
Rotación sin contacto
Durante la extrusión se obtiene una película plástica que debe rotar sobre unas barras giratorias con el fin de obtener la pieza ya terminada. De nuevo, el problema es que la película está caliente y es muy pegajosa.
Gracias al aire comprimido se pueden originar bolsas de aire, de manera que esta película se desliza sobre las barras, sin tocar la superficie y evitando que se quede pegada.
Secadoras de gránulos
Pese a que se trata de plástico, lo cierto es que en determinadas épocas del año pueden absorber humedad por capilaridad y eso impide obtener piezas de calidad, ya que para ello los gránulos no pueden exceder de una determinada cantidad de agua.
Con el fin de secarlos se emplean secadores de aire seco que se proyectan entre el material a través de un circuito cerrado, para pasar finalmente a un deshumidificador que se encarga de que la humedad desaparezca.
Transporte neumático de gránulos
No solo se usa aire comprimido en la extrusión, sino que las bombas de vacío también intervienen en todo el proceso, como por ejemplo en la alimentación de las máquinas, ya que estos pequeños fragmentos salen de una tolva gracias a bombas de vacío, que son las que los llevan a las cintas para fundirlos.
Ya sabemos qué es la extrusión de plásticos y cómo funciona. Dentro de este proceso el aire comprimido es imprescindible, así que si lo necesitas en tu fábrica para máquinas de extrusión no dudes en contactar con SERVIAIRE.