La pregunta, ¿qué secador de aire necesitas para tu compresor?, es bastante común, ya que la elección atiende a varios factores. Pero, para poder responder es más correcto preguntarse, ¿qué calidad de aire comprimido precisa nuestra instalación? Además, el buen funcionamiento de la maquinaria neumática va a depender de que esta decisión sea la correcta. Es normal y habitual que se tengan dudas, pero desde Serviaire podemos ayudar a resolverlas. Somos especialistas en aire comprimido, así que nadie mejor que nosotros para contestar a todas las preguntas sobre los secadores para aire comprimido.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de elegir un secador de aire comprimido?
No se puede escoger un secador de aire comprimido al azar. De hecho, existen varios factores en los que nos vamos a basar a la hora de decidirnos por uno u otro.
Requerimientos de humedad
Cada sector y cada aplicación tienen unos requerimientos particulares con respecto a la humedad que se admite en el sistema. Por lo tanto, hay industrias en las que el aire comprimido debe estar muy seco, mientras que en otras se permite algo de humedad.
Hay una norma internacional, la ISO 8573-1:2010, que es la que establece una clasificación del aire comprimido en función del agua que contiene, al igual que lo clasifica en otros dos apartados conforme al contenido de partículas sólidas y de aceite. Así, por ejemplo, la producción de alimentos y bebidas necesita en el contenido de humedad lo que se conoce como clase 2 o superior, lo que se traduce en un aire comprimido muy seco con un punto de rocío a presión inferior a – 40ºC.
Temperatura de funcionamiento
La temperatura ambiente de trabajo en las salas de compresores de las fábricas es muy variada, de forma que este es otro factor a tener en cuenta a la hora de escoger el secador. Siempre hay que mirar en qué rango de temperatura ambiente va a funcionar, ya que la temperatura ambiente es un factor que es necesario conocer para dimensionar correctamente un secador de aire comprimido.
La capacidad del compresor
La capacidad de flujo de caudal de aire del compresor o compresores de la planta es otro factor que determina el dimensionamiento del secador. De ese modo, el secador de aire comprimido debe poder manejar esa cantidad sin ningún tipo de problema.
¿Tendría que comprar un compresor de aire con secador integrado?
Va a depender del espacio que haya en la zona en la que se coloca el compresor. Una de las grandes ventajas de que el secador esté integrado es que está incorporado dentro de la misma carcasa que el compresor, por lo que el espacio total ocupado es inferior. De esta forma, si el espacio es un problema, la respuesta es que sí, que sería una buena idea adquirir el compresor con el secador ya integrado.
Eso sí, hay que tener en cuenta que este sistema es menos flexible si las necesidades cambian. También, a la hora de escoger esta solución, hay que tener mucho cuidado con la temperatura ambiente de la sala donde esté instalado, ya que si hay una temperatura elevada disminuirá la eficacia del secador, aumentando el punto de rocío del aire comprimido, y por tanto, la cantidad de vapor de agua que pasará a la instalación. Esto es debido a que no suelen estar muy sobredimensionados los secadores integrados con el compresor, y en cuanto aumenta la temperatura ambiente por encima de la nominal, que suele ser de + 25ºC, el secador se queda pequeño.
¿Qué secador necesito para mi compresor?
Con el fin de conocer cómo seleccionar un secador de aire comprimido perfecto para tu instalación, lo primero que hay que tener en cuenta son las necesidades de consumo de aire diario y en qué tipo de sector va a trabajar el compresor. Y muy importante, el caudal punta de aire comprimido que va a tener que tratar el secador. Este valor es fundamental para su dimensionamiento.
Empresas pequeñas y talleres
En este caso, como por ejemplo los talleres mecánicos, un secador frigorífico es el más adecuado. Tiene una buena relación entre coste y eficiencia, y funciona bien con las herramientas neumáticas y otras aplicaciones industriales con poca exigencia. Con este tipo de secadores se obtiene un punto de rocío a presión de hasta + 3ºC.
Industria farmacéutica y electrónica
Vamos al caso opuesto, a aquellos sectores más exigentes donde el aire comprimido debe ser muy seco. Aquí los secadores de adsorción son los más adecuados, puesto que garantizan que el aire tendrá una humedad mínima, ya que se consiguen puntos de rocío de – 40ºC e inferiores. Conviene recordar que, los microorganismos no se desarrollan con puntos de rocío inferiores a – 26ºC.
Puntos específicos de consumo
Cuando existe una planta con uno o más puntos que requieren un punto de rocío inferior al resto de la instalación, y es insuficiente el punto de rocío obtenido con el secador frigorífico general de la planta, utilizamos un secador de membrana instalado en el mismo punto de consumo, pudiéndose obtener puntos de rocío próximos a – 40ºC. Estos secadores son similares a un filtro de línea, muy compactos y silenciosos, por lo que se suelen ver mucho en los laboratorios.
Tipos de secadores de aire comprimido
A la hora de comprar un secador para aire comprimido, conviene conocer cuáles son los diferentes tipos que existen en el mercado. De esta forma, elegir el más adecuado será más sencillo.
Secadores frigoríficos
Son los más comunes y funcionan enfriando el aire, lo cual provoca la condensación interna del vapor de agua para su posterior eliminación. Estos secadores trabajan con un circuito frigorífico con gas refrigerante y un intercambiador de aire/gas. Tienen un rango de caudales muy amplio y es posible utilizarlos también desde baja hasta alta presión, sin llegar a consumir aire comprimido en ningún momento. La mayoría están refrigerados por aire, pero en ocasiones, en los tamaños donde hay caudales elevados, o bien, las condiciones de temperatura ambiente son elevadas, se utiliza la refrigeración por agua.
No es necesario hacer una gran inversión, puesto que son económicos, se instalan de una manera sencilla y el coste de mantenimiento es bajo.
Secadores de adsorción
Aquí el aire pasa a través de un recipiente que contiene material desecante que adsorbe el vapor de agua. Al contacto del aire comprimido con el desecante, este retiene el vapor de agua. El funcionamiento de estos secadores es cíclico, con dos recipientes que se alternan en los procesos de adsorción y desorción, siendo en este segundo en el que se elimina la humedad retenida en la fase de adsorción.
Los secadores de adsorción consiguen una calidad del aire comprimido de clase 1 y 2 en humedad, con puntos de rocío inferiores a – 40ºC, así que se utilizan en las industrias más sensibles como son la farmacéutica o la alimentaria.
Secadores de membrana
Este tipo de secadores son físicamente similares a un filtro de línea. Teniendo en su interior un cilindro compuesto por fibras de polímero hueco. El aire entra húmedo en ese cilindro, acumulándose el agua en la membrana y dejando que el aire seco pase entre las fibras. Es el adecuado siempre que se trabaje con caudales pequeños y medianos, ya que es de pequeño tamaño y el mantenimiento se reduce a cambiar los filtros.
Su uso habitual es para puntos de consumo con requerimientos más exigentes que el de la propia instalación. Apenas produce poco ruido, lo cual es otra de las características que lo hacen el preferido cuando está en zonas de trabajo en las que el ruido llega a ser un problema para los operarios.
¿Aún no sabes qué secador de aire necesitas para tu compresor? Existen varios tipos de secadores de aire comprimido, de manera que tendrás que elegir el más adecuado para tu instalación, todo ello en función de los requerimientos que tengan los usos de tu aire comprimido.