Compresor de velocidad variable

El compresor de tornillo de velocidad variable es una de las clases de compresor que podemos encontrar en el mercado y de los más demandados en la actualidad. En muchas situaciones tiene un consumo menor de energía que otros compresores, así que es muy apreciado en la industria. Por supuesto, como todo compresor, tiene sus ventajas e inconvenientes que hay que conocer, pues no será la mejor opción en todas las situaciones.

¿Qué es?

Esta clase de compresor, al que algunos le nombran por sus siglas en inglés VSD, es un tipo de máquina que ajusta la velocidad del tornillo en función de la demanda de aire, por medio de un motor eléctrico con regulación de frecuencia (velocidad variable). Si buscamos información sobre un compresor tradicional con funcionamiento carga/descarga, nos daremos cuenta de que siempre trabaja a las mismas revoluciones, a una velocidad fija, con independencia del aire que se precise en la instalación.

Esto no pasa con el compresor de velocidad variable, ya que varía su velocidad de forma automática conforme al aire comprimido que necesita el sistema en cada momento.

¿Para qué sirve?

La función principal de este compresor es la de optimizar la eficiencia energética con la mejora del consumo específico, reduciendo el consumo de energía eléctrica en las aplicaciones donde existe una demanda de aire comprimido fluctuante.

Estos compresores los podemos encontrar en la mayoría de sectores, como la manufactura, la farmacéutica o la automoción. En estas industrias, el aire comprimido es crucial para el accionamiento de las herramientas neumáticas, la automatización de procesos, la pintura o la robótica.

Compresor de velocidad variable

¿Qué es el VFD en un compresor de tornillo de velocidad variable?

En un compresor de tornillo de velocidad variable, el VFD o variador de frecuencia es un componente clave. De hecho, este componente es el que diferencia a estos compresores de los de velocidad fija. El variador de frecuencia controla la velocidad del motor, lo cual consigue ajustando la frecuencia de la corriente eléctrica que llega al motor. Así, el motor trabaja modulando la velocidad según la demanda de aire comprimido del sistema, manteniendo siempre constante la presión de salida del aire comprimido del compresor.

Ventajas y diferencias con el compresor de aire de velocidad constante

Es evidente que el uso de los compresores de velocidad variable tiene sus ventajas, las cuales van más allá de la mejora del consumo eléctrico.

Eficiencia energética

La principal ventaja es esta, ya que en la mayoría de las instalaciones el consumo de aire comprimido es variable y fluctuante, con diferencias considerables entre el caudal punta y el mínimo. Por eso, al ajustar estos compresores la velocidad en función de la demanda se consume menos energía eléctrica. Incluso en muchos casos, se calcula que el ahorro puede ser de hasta un 35 %, si comparamos este compresor con uno de velocidad constante.

Este ahorro del 35 % es mucho cuando hablamos de los niveles de potencia de compresores que se necesitan en una industria. De hecho, pueden llegar a ser miles de euros menos en la factura de la luz.

Arranque suave del motor

Un menor consumo no es la única ventaja de esta clase de compresores, ya que gracias al variador de frecuencia (VFD), el arranque del motor es progresivo y muy suave. Así, el motor del compresor tiene un menor estrés mecánico y eléctrico. Lo que se traduce en una mayor vida útil del equipo y un menor mantenimiento.

 

Se reducen los picos de demanda

Al hablar del ahorro en la factura de la luz no hay que fijarse solo en la cantidad de potencia (kW) que se consume, sino que también hay que ver de qué forma se demanda la electricidad.

Cuando hay arranques bruscos, estos generan picos de intensidad de arranque muy elevados, lo que supone pagar más por la electricidad. El arranque suave del variador VFD elimina esos picos, por lo que el consumo de energía es uniforme y se reduce el gasto energético por los términos de potencia.

Control preciso de la presión

Los compresores de tornillo de velocidad variable permiten controlar la presión del aire comprimido de una manera muy precisa. Esto es importante en todas las instalaciones, ya que se consigue un suministro de aire muy estable, y además, al poder ajustar en un rango menor la presión de trabajo, esta se puede reducir, y por tanto, mejorar también el consumo de energía eléctrica.

Hacen menos ruido

Como la velocidad del motor disminuye cuando la demanda de aire es inferior, reduciendo las revoluciones del compresor, este tipo de compresores hace menos ruido. Se crean así entornos de trabajo más saludables y cómodos, pues los oídos de los operarios no sufren tanto.

¿Qué diferencias hay entre ambos?

Pero existe una diferencia entre ambos compresores, y se trata de los costes iniciales. Por norma general, y debido a la inclusión del variador (VFD), el coste de un compresor de velocidad variable es siempre más elevado que el de un compresor equivalente de velocidad fija. Eso sí, en la mayoría de los casos este sobrecoste se amortiza en pocos meses gracias al ahorro energético que se genera.

También se puede hablar de la huella de carbono, algo que es muy importante para las empresas. Gracias al menor consumo de energía, los compresores de velocidad variable reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y son más sostenibles.

Así, las empresas pueden alcanzar sus objetivos ecológicos, algo que cada vez es más relevante e incluso llega a condicionar las relaciones con clientes y proveedores.

 

Cómo elegir el compresor adecuado

A la hora de escoger el compresor adecuado hay que tener en cuenta los patrones de uso. El compresor de tornillo de velocidad variable tiene sentido si los patrones de consumo son discontinuos, ya que es entonces cuando se aprovechan todas las ventajas que posee. Si la demanda es siempre la misma y apenas varía, la mejor opción es un compresor de velocidad constante bien dimensionado.

Una vez visto esto, para definir cuál es el compresor de tornillo de velocidad variable adecuado para una instalación, hay que ver los valores máximo y mínimo de consumo de caudal para dimensionar el compresor que se necesita, lo mismo que el valor de la presión de trabajo, que será la que precisen las herramientas y los equipos, teniendo en cuenta las pérdidas de presión del sistema de tratamiento y de la red neumática.

Aunque, no solo hay que fijarse en las capacidades técnicas del compresor, sino que hay que hacer lo mismo con el espacio disponible y, si existieran ya otros equipos en una instalación, comprobar la compatibilidad de trabajo con los mismos.

El compresor de tornillo de velocidad variable puede ser el más adecuado en numerosas ocasiones, sobre todo en aquellas en las que la demanda de aire comprimido no es siempre la misma, fluctuante y con variaciones considerables. Aquí no tiene rival, aunque si quieres saber si es el mejor para tu instalación, en este enlace de contacto podemos resolver tus dudas.